Como si nada nos sentamos
frente a frente,
en un sillón de cuero,
el lugar era como un
palacio, cortinas rosadas
y en el techo, un gran
espejo que reflejaba el lecho.
Me beso sin preguntar, mis
labios respondieron
sedientos, sus ojos
brillaban bajo la visera de su sombrero,
Sus manos blancas, acariciaron mi
cuello
mi cuerpo se calcinaba
cada vez que me rozaba
con sus dedos.
Sentí morir cuando desnudo
mi sexo,
apaciguando las caricias ,
le dije te quiero,
Mil historias entre besos
y besos
un cigarrillo detenía, la
lujuria de este encuentro
muchas cosas quedaron
entre las cuatro líneas
del castillo.
La princesa lo miraba cada
gesto, no fingido
ordeno mi pelo mil veces,
descubriendo mis ojos
el calor humedecía los
cuerpos pegados y tibios.
Nos entregamos por
completo, sin peros, ni testigos.
Marcia Sevilla
País: Chile
0 comments:
Publicar un comentario