Demonios eran las olas enfrentadas al poeta,
que no tuvo más navío que amorosa poesía
y enriqueciendo su alma la puso en la travesía
de conquistar una flor que soñó en la mar revuelta…
Herida ante el desafío se acrecentó la marea,
que con versos enfrentada perdía supremacía,
mas, por momentos pensaba que finalmente vencía,
pero ante el amor del alma, triunfar no es fácil tarea.
Así que perdiendo el duelo, el mar se inventó un treta
apareciendo una alfombra de flores en agonía…
el poeta en su palabra compuso una letanía
y de las flores ficticias eliminó la careta.
Finalmente en una ola de gigantes dimensiones,
el mar se vino con todo buscando un duro remate,
pero armada estaba el alma para enfrentar el embate
y aprovechó al mar cansado para ganar ilusiones.
La flor estaba silente sin creer lo que veía,
Y el versista ya no pudo más que brindar su sonrisa,
aquella flor secuestrada libre quedaba en la brisa
y el mar cumplía sereno como su ley lo decía.
Pero en muchos sacrificios hay cosas impredecibles
y el poeta así lo supo después de robarle un beso…
aunque en la lid puso todo logrando salir ileso,
ante la flor y sus ojos, sus versos son invisibles.
Juan Guillermo mora peña
País: Colombia
