sábado, 16 de junio de 2018

ROSAS EN EL AIRE









Caminando entre sauces llorones y el frescor de sus verdes llevando en mis manos dos rosas amarillas.
Mis pasos eran lentos, pero allí nomas estaba el puente sobre el rio que ondulaba su vaivén como caricias de espuma.
Solté las rosas al aire, querían detenerse dejando su aroma ante mis ojos húmedos, porque con ellas se iba mi adiós a aquel amor que no pudo ser.
Adiós para siempre, así era la letra de una voz cercana que sonaba en mi alma como un tango en la noche estrellada, que titilaba al compás de un adiós.
Los pétalos cayeron como danza en abrazos en el rugir de las aguas, que se perdían llevando aquel amor a un rincón de la tristeza.

Blanca Azucena Gavassa

Cinco saltos-Rio Negro-Argentina

domingo, 10 de junio de 2018

HERIDAS







Llevo en el alma tantas heridas,
la mayoría de ellas han cicatrizado
pero una todavía sangra profundo,
esa no ha cerrado.

La pena inmensa de haberte perdido
no se compara a nada por lo que he pasado,
solo la muerte podrá cicatrizar esta herida, 
mi corazón aún llora, 
Madre porque me has dejado.
La perenne huella de tu frío beso está marcada en mí,
cuando esa triste noche te cerré los ojos, y te vi partir...



Lourdes Lagardery
Puerto Rico

sábado, 9 de junio de 2018

TONALIDADES








¿Cómo quieres que no te quiera?
si convertiste mi invierno en primavera,
el gris de mi vida, lo llenaste de colores,
 y con tu esencia descubrí nuevos olores.
 Volé contigo en remotos cielos,
 conocí en ellos mundos nuevos,
 me remonté viendo otros colores
 y percibí el aroma de diferentes flores.
 Me albergaste en la mar de tu pecho
 y juntos navegamos un largo trecho,
 vaciaste en mi mente toda tu ternura
 descubrí que los sentimientos tienen colores y textura.
 Que el amor es rojo y suave como tus besos;
 que la pasión se tiñe de morado intenso,
 que la paz es blanca y tersa,
 y la picardía es rosa con sonrisa traviesa.
 Supe del negro áspero del dolor,
  que las pasadas penas tienen un agrio sabor,
 que la tristeza es gris con tintes de negrura,
  si no la limas y aclaras, se convierte en amargura.
 La esperanza es verde de suaves matices,
 con elevados montes para que en ellos te deslices,
 la felicidad se viste de tonos cambiantes,
 brillos resplandecientes y azules mates,
 para que vivan en tu memoria,
 y brillen para siempre en tu historia,
 y cuando recuerdes todo lo que has aprendido,
 des gracias a Dios por haber vivido.




Lucila Reyes González
México