jueves, 28 de abril de 2022

LAS DOS FRIDAS - ANGÉLICA ARREOLA MEDINA

 



LAS DOS FRIDAS

Angélica Arreola Medina

Ciudad de México, México

 

         Había conseguido una beca para estudiar su doctorado en Letras, en la Universidad de la Ciudad de Nueva York. se instaló en un departamento compartido, con Tania, una chica brasileña, que estudiaba Arte. Esa noche se inauguraba la exposición de Frida Kahlo, en el Museo de Arte Contemporáneo. Como mexicana, quería observar la recepción de la pintora mexicana en aquella ciudad cosmopolita.

         Se detuvo frente a un cuadro de gran formato, “Las dos Fridas”: ambas se encontraban sentadas, tomadas de la mano; una con vestido blanco, de encajes, de estilo europeo, otro de gran colorido, oaxaqueño; representando dos culturas y dos tradiciones. Sobre las blusas, los corazones expuestos, palpitantes, de donde emana la arteria, el hilo rojo que los une y sobre la falda blanca, las tijeras que rompieron ese corazón.

         Ahí la conoció, era alta, de rasgos finos, traía consigo una copa de vino y la mirada brillante. Tania se la presentó, Marisa era su maestra, sabía mucho de pintura, le explicó que Frida Kahlo pintó ese cuadro cuando se separó de Diego Rivera y su corazón se encontraba escindido, que expresaba la dualidad de su sufrimiento: el del cuerpo, por sus múltiples enfermedades y el de su alma, contradictoria; así como su origen europeo y su identidad mexicana.

         Nunca se imaginó la atracción que ejercería sobre ella; había tenido en México algunos novios, nada de importancia. Marisa era una mujer madura, tenía 55 años, pero la vitalidad que la caracterizaba, la hacía parecer de menos, ella cumpliría apenas 30. Fueron a tomar una copa, hacía mucho frío, le acomodó la bufanda, no se volvieron a encontrar.

         Dos años después, regresó a México. Una tarde, en un tianguis de artesanías la volvió a ver. Marisa, fina y elegante como siempre, la invitó a comer, tomaron vino charlaron de pintura, música y literatura, luego la invitó a su departamento, le quitó suavemente la blusa bordada que había comprado en Michoacán y se amaron hasta el amanecer.

         Era un amor imposible. Marisa estaba casada, la diferencia de edad, además, sus padres nunca aceptarían esa relación; sin embargo, ya la amaba. Marisa volvió a Nueva York y ella continuó con su vida, daba clases en la universidad, en ocasiones asistía a galerías y exposiciones con la esperanza de volverla a encontrar.

         Tiempo después se enteró que Marisa había muerto. Se había suicidado, cortándose las venas, un hilo rojo de sangre llegó hasta el piso. Sólo entonces comprendió que era la única manera de separarse.

         El destino, que las unió como la arteria, el hilo rojo de “Las dos Fridas”, las separó con ese fino hilo rojo que escurría entre sus dedos.


miércoles, 27 de abril de 2022

LA LUNA ES ESDRÚJULA - ANA AHUMADA ESPINOZA

 





LA LUNA ES ESDRÚJULA

Ana Ahumada Espinoza

Chile

 

Luna lunística

Tan fantástica y lumínica

a veces caótica, otras muy cálida.

Se muestra tan artística, tan acuarelística,

con su espléndida y blanca túnica.

Tan romántica, algo erótica

sus labios prístinos,

son el depósito de besos furtivos,

de deseos húmedos.

Carece de fonética,

Pues suele ser bastante drástica,

aun en silencio puede ser sarcástica.

Cuando su humor mengua,

suele ser gótica, algo escéptica

Oscurece sus párpados

con carbón cósmico

Sobre su mejilla,

tatuada una lágrima.

La luna es esdrújula, sin ser júpiter

porque es fantástica,

brillante y carismática.

Aunque creas que es un satélite

cíclica y estática,

En realidad, es un poco maniática

caótica, pero muy mágica.

 


miércoles, 13 de abril de 2022

MARIO VARGAS LLOSA

LA TRANSICIÓN DEL TIEMBRE- ÁNGEL VALENZUELA

 




LA TRANSICIÓN DEL TIMBRE

(ÁNGEL VALENZUELA)

Veracruz, México

 

Joseph Henry nunca imaginó las corretizas que se llevarían a cabo entre niños traviesos, retándose entre ellos con tal de probar su valor para cometer una insolencia y perturbar la calma de quien habitara una casa. Ir en grupo, observar hacia los lados, pulsar el aparato ruidoso y a correr con tal de no ser visto, aunque era muy probable que quien abriera la puerta ya conociera a los maldosos y que dependiendo de su estado de ánimo, solamente se sonriera y moviera la cabeza con actitud negativa o que maldijera y cerrara azotando lo que tuviera cerca.

La transición va desde el portero personal que anunciaba la llegada de algún invitado o desconocido, la manija con argolla y su golpeteo, la campana y sus repiques inducidos por una cuerda y después el timbre que hasta la fecha conocemos... Pasando por el sonido de una chicharra, después el Ding Dong, hasta la llegada de los más modernos con tonada musical.

Y entonces, surge ese momento de la vida en el que la edad nos solicita privacidad, silencio y tranquilidad, por lo que gran parte de las personas mayores que conozco, prefieren desinstalar el timbre de sus viviendas. Desean estar tranquilas, sin visitas sorpresivas, disfrutando a su pareja, los nietos, alguna película o bebida reconfortante o de la calma que pueden darles sus recuerdos. Supongo que el inventor del timbre tampoco supuso que esto sucedería.

Hoy el timbre es una llamada mediante teléfono celular o un mensaje vía WhatsApp desde nuestro dispositivo móvil... Un mensaje que suele ser un:

"Estoy afuera"

"Ya estoy aquí"

"Traigo su pedido"

 


sábado, 9 de abril de 2022

miércoles, 6 de abril de 2022

sábado, 2 de abril de 2022

viernes, 1 de abril de 2022