domingo, 29 de marzo de 2015

EL SECRETO



En el silencio inclemente
de tus frías madrugadas,
se escucharán tus sollozos
y le hablarás a tu almohada.
Le contarás tu secreto...
Le dirás que aún me amas.
Que el fuego de nuevos besos
no extingue anteriores llamas.
Y tus labios entreabiertos
dirán su nombre y el mío,
más tu corazón dirá
cual de los dos ha querido.
Aunque él te abrace y te bese,
te sentirás desdichada.
Y temblarás de abandono
en tus frías madrugadas.
Y te morderás los labios
abrazándote a tu almohada
y entre sueños le dirás…
Que es verdad... ¡Que aún me amas!
Héctor Rocha Domínguez
México

LA LUNA NOS PERSIGUE






Interrogante…
La luna nos persigue…
Con cara redonda, blanca, pura.
Vamos hacia el horizonte
límite gris de ocaso repentino,
azogue claro oscuro al terminar el día.
¡Suplicante elevo las manos al cielo!
Transcurre en calma el tiempo,
noche muda, oscura, eterna.
La luna nos persigue…
Canta rumoroso el mar, la brisa, las olas
nubes de espuma
el movimiento esculpe.
Hondo naufragio.
Corazones confundidos
ceniza, guirnalda, azahar.
Golpea mi faz
céfiro delicado, suave
ayer indolente hermano del aire,
congelada respiración.
La luna nos persigue…
Desnuda, acechante de miradas
a distancia
entre sombra y recuerdo.

 Isidoro A. Gómez Montenegro.
País: México

HADA





Corre el viento,
sutil y suave
te postras en mi mano,
el revolotear de tus alas se han calmado,
buscas la paz, y presiento que querrás contarme
tus secretos.

Dime pequeña amiga, si el rey Oberón
deslumbra en sus reinos mágicos,
o si la luna ya no sonríe en el lago.

Cuéntame tus viajes por el firmamento
capturando sueños perdidos,
dime si descubriste el nombre de tus fantasías
mientras duermo.

Oh pequeña, la diosa de la belleza,
te baño con polvo de estrellas,
te vistió de sedas, y te enseño a cantar
melodías para arrullar al caminante
entre listones de oro y plata.

Dale al humano tu regazo,
para que sus sufrimientos
sean enviados al olvido en una cometa,
enséñale  que el amar, sea su más intimo paraíso
que bese las sienes de flores de sus hijas,
y de el martillo del trabajo ,
a sus hijos del campo llamado tierra.

A sabiendas que es dura tu jornada
no permitas que la obscuridad eterna
nos robe el tiempo, arráncale sus horas,
bebe sus minutos y respira sus segundos.

Contigo , aprenderé a  escuchar los ecos,
Las carcajadas y compases, del ritmo,
tomaré del armario mi traje de arlequín rojo y negro,
volveré a  tomarte de las manos y en los
giros de la danza misma, bailaremos.

Y tal vez volemos en el tiempo,
escribiremos cuentos, para que el mortal infante
aplauda , aplauda , porque creerá en ti y en mí
en todo momento.


Ramón de Jesús Hernández Olivares
Veracruz, México 


del poemario "Confesiones al Viento"


domingo, 15 de marzo de 2015

TIENES PIEL DE GARDENIA









Cuando besé tus piernas
me di cuenta
que tenias piel de gardenia,
y ahogado en ti
 me perdí en las montañas de tus pechos.

Como eco repetías mi nombre
una y otra vez,
entonces con todos mis sentidos
palpe cada parte de ti.

Se interrumpía tu respiración
mientras decías te amo,
se interrumpía mi respiración
mientras intentaba ser eterno. 

Frente a mí, tus ojos se encendían:
Fuimos la esencia del volcán
que fundió la roca.
Una sola materia.

De repente todo estalló,
deposite en ti la fuerza de mi amor,
que será irremediablemente
la mitad tu y la mitad yo. 



AUTOR: ALBERTO ANGELES RONQUILLO
NACIONALIDAD: MEXICANA