Soy
el crepúsculo del amanecer,
oculto
tras las breves brisas del recuerdo.
Soy
un pedazo de ti sin olvidar,
no
soy más de lo que no puedo ser.
lo
que mi alma anhela, lo que fui,
lo
que no volveré a ser.
Oculto
tras las breves brisas de tu recuerdo,
de
mi recuerdo, de los tuyos,
de
los que formaron uno solo,
de
los que no serán más.
Llega
la noche, la noche buena,
llega
avisando su entrada con el manto de la soledad
y
es cuando el recuerdo me invade,
traicionan mis sentidos,
los
pequeños trozos de felicidad
que
no logran formarse de nuevo.
Es
el rompecabezas sin armar.
se
queda así, sin sentido, sin forma
y
aún estoy aquí junto a la carta que no escribiste,
con
el sobre vacío y el alma llena de
remitentes.
Miguel Salvador Rodríguez Azueta
Veracruz, México
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