lunes, 14 de octubre de 2019

INMORTALES - ÁNGEL EDUARDO VALENZUELA RUVALCABA
























Participante de la antología " Urdimbre de Sol y Águila" escritor Mexicano Ángel Eduardo Valenzuela Ruvalcaba Originario del puerto de Veracruz, México, nació el 23 de julio de 1981. Egresó de la licenciatura en administración por parte del Instituto Tecnológico de Veracruz y actualmente se desempeña en el ramo de la logística.Desde temprana edad mostró interés por la lectura y la escritura, actualmente se ha centrado en relatos cortos, micro textos y escritura lúdica como los tautogramas. Colabora con medios electrónicos como la revista digital Poetas Sin Fronteras, el sitio www.megustaescribir.com y www.wattpad.com. Ha participado en las antologías del grupo Poetas Sin Fronteras tituladas PERLAS COMPACTAS y ORQUÍDEAS PARA LA NOCHE. Participó en el XLIX ENCUENTRO REGIONAL DE ESCRITORES HOMENAJE A MIGUEL ÁNGEL TURRENT, invitado por la asociación civil ESCRITORES VERACRUZANOS el día 10 de junio del 2017. También ha participado en la corrección de edición de libros del escritor mexicano Leopoldo Mendívil López.

INMORTALES
Imágenes, memes, palabras mal escritas, abreviaturas inexistentes en los diccionarios. La escritura se ha degradado, las reglas ortográficas han perdido su valor y aquellos que deberían transmitir el legado de las letras no son más que fantoches que se han contagiado de la enfermedad de la pereza textual, tan alebrijes como las palabras que forman mezclando mayúsculas con minúsculas o disfrazando de falsa intelectualidad su lenguaje al hacer uso de un spanglish barato. Dicen que hace tiempo existían hombres y mujeres que creaban arte con pluma y tinta sobre papiro, que eran capaces de inmolarse emocionalmente para plasmar su dolor, su furia, su agonía y su exaltación en la eternidad, seres capaces de inyectarse locura y de sentir rabia y deseo a la vez, excitación y angustia de forma simultánea, de enamorar brujas y de destronar reyes con solo un diálogo. Me han contado que eran cazadores de emociones, de fuerzas que no se perciben en la tierra y que deambulan en planos etéreos, que preferían exiliarse y ser catalogados como dementes mientras lloraban en el anonimato para después inmortalizarse. Se transformaban en villanos, en seres mitológicos, pilotos y navegantes, ladrones y caza recompensas, adquirían una personalidad tras otra, caminaban sobre fuego y respiraban bajo el agua, hacían sonreír a niños con tan solo una melodía. Hace mucho tiempo los llamaban escritores, y sus existencias son eternizadas, se conservan en el tiempo gracias a sus palabras, al efecto que su imaginación es capaz de evocar en las generaciones que aún se sienten atraías por las letras.

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