Cabaré una tumba en mi pecho
abriré mi tórax y romperé mis
costillas
si es necesario, expulsaré este dolor
que traigo dentro.
Quedará un hueco tan grande donde
puedas
caber de pies a cabeza, enterita con
todo y zapatos,
“si lo deseas, hasta tu bolso puede
ir contigo”
oprimiré mi pecho muy fuerte, tan
fuerte
que no habrá espacio alguno
por donde puedas respirar.
En mi calabozo, harto de tus
recuerdos,
de tus lágrimas falsas, de tus
promesas inútiles
y tus estúpidas palabras sin sentido;
te condenaré a los verdugos, mis
gusanos;
que te devoren, que te expriman y que
traguen todo tu ser dentro de mi ser.
Cuando ya no quede nada de ti qué
comer
los dejaré que se traguen entre sí
mismos
como caníbales en una lucha férrea,
incansable
e insaciable por sobrevivir, así
hasta que quedes
reducida a un solo gusano, y podré
tomarte
con mis dedos para aplastarte con las
uñas
de mis pulgares como a un vil
parásito.
Lástima que sólo se trate de prosa
poética,
de lo contrario no vería entre mis
dedos
consumirse cigarrillo tras cigarrillo
y
mi boca secarse con la ingesta de
vino.
0 comments:
Publicar un comentario