domingo, 31 de mayo de 2015

EL SÍNDROME DEL ¿POR QUÉ?







A veces me enredo entre cuentos, sonrisas y dibujos.
Pensando girar con todo, pero en realidad sólo giro yo.
Entre suspiros, pesadillas y hoyos negros suelo descansar.
No encuentro sentido alguno, la vida propia me suena abstracta.

Cuando en la gloria me recuesto no puedo respirar,
que quitan el aire y el sueño los días color rosa.
Más en algún lugar he de encontrar aquellos sueños perdidos,
que pueden ser rescatados por esta alma vagabunda.
No entiendo de novedades, pues lo nuevo nunca suena certero y seguro.
Al contrario se vuelve efímero, punzo-cortante con mi corazón hecho cenizas,
quemado por las llamas de lo que sientes o dejas de sentir.

¡Rescate!, sólo pido ser rescatado, un grito de ayuda,
para salir de toda esta rutina que acaba con mí ser y mis carnes.
¡Humano tenía que ser!, porque tengo que sufrir para sentirme vivo,
porque tengo que llorar para sentir desahogo y mi pregunta es
¿hay que amar para sentir que la vida no se ha vivido en vano?

Mis letras me aturden y mi silencio empalaga, mis sentimientos devoran mi alma
y de suicidio el corazón amenaza a mi pobre vida, esta vida que no es nada sin ti…


Uriel Limón
México

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