He
perdido esta madrugada
el
sueño cautivo,
roba
la noche mis anhelos
mientras
el silencio grita con ecos
pasión
dolorosa de mi alma.
Me
niegas un canto en tus labios,
y
latigas las ansias de besarte,
para
decirme que está prohibido.
Camino
a casa me detengo sin reparó,
y
tu voz melosa calla los sonidos del tiempo
matando
las notas sublimes del recuerdo,
porque
me es negado el sentimiento
que
implora escuchar de tus labios
un
¡Te amo!
Suspiros
entrecortados
rasgando
mi anhelos,
prohibido
es mentir que te amo
y
beber mis lágrimas a tu llamado.
Lastimar
sin piedad,
un
abrazo fingido,
un
rostro enmascarado de nobleza,
debería
ser castigado.
¡Llanto
contenido!
¡Lágrima
oculta!
tristeza
que lastima
risa
trunca
me
está prohibido pronunciar tu nombre
aun
cuando desmaye en el intento.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
Veracruz, México
Derechos Reservados Junio 2014
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