domingo, 8 de junio de 2014

EL MONSTRUO




Alimento al monstruo que vive en mí, cada día sin falta lo nutro cabalmente, el entremés de indiferencia no puede faltar en el menú, el ego es su platillo preferido y la soberbia su postre predilecto. Las manecillas solemnes del reloj Implacables en sus tiempos, Indican la hora exacta para alimentar al monstruo, me apresuro y preparo la mesa con todos los manjares preferidos, Tratando de complacerlo en cada uno de sus gustos, servilmente cumplo lo estipulado y lo alimento, sin ningún reparo, sin ninguna objeción, sin ningún agradecimiento a cambio. Alimento al monstruo que vive en mi mente, y cada vez que me miro al espejo, lo puedo ver más grande y más fuerte, el temor a que un día se apodere de mi ser es latente, pero cuando las manecillas del reloj lo indican, cualquier temor es inexistente.


Miguel Ángel LLinas Gonzalez
Veracruz, Ver., México


1 comments:

Heisoc dijo...

Felicidades al poeta que con sublimes palabras hace un retrato de...muchas veces nuestro interior .

Publicar un comentario