LA CANCIÓN QUE NO PUDE CANTAR
Ramón de Jesús Hernández Olivares
Veracruz, México
Al borde de mi cama, el farol iluminaba
los sueños de un joven amor,
sentimientos entre las paredes
y un cuerpo gritando con ansias.
Escuché en mis desvaríos tu voz,
y los latidos de mi pecho, llorando sin piedad,
abrazo mis hombros que gimen y gritan
al sentir el lienzo de la soledad.
La radio suena a las dos de la mañana,
los paisajes nocturnos de los recuerdos
provocan lágrimas, y ¡No!
¡No puedo llorar!
Quiero al alma provocar el canto
de la melodía que se extingue en los
recuerdos,
provocando notas y poemas no pronunciados,
¡No canto! Dolor que impide.
Al borde de mi cama, tres de la mañana,
las tesituras que se ahogan en ecos ausentes,
a lo lejos un gato maúlla en serenata a la
luna.
¡Miento si digo que canto!
¡La melodía de mi locura!