Quise perfumar
tu dormitorio
y lo adorné
con gardenias.
Quise que
durante la madrugada
despertaras y
percibieras su aroma,
que abrieras
tus ojos somnolientos
y respiraras
buscando la fuente,
que tu cuerpo
semidesnudo,
se irguiera
ante mi mirada.
que el perfume
actuara travieso
y te atrajera
hacia mis brazos
como canto de
sirenas en el mar
para que tu
vientre sereno
encallara
contra mi deseo.
Las gardenias
cantan, suenan,
emiten una voz
aromática
que roba el
sueño y la calma
que
embriaga con su exquisitez
de la antología "Perlas Compactas"
Ángel Eduardo Valenzuela Ruvalcaba
Veracruz, México
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