Por
calles y avenidas
veo
venir a mi tranvía,
mi
amigo el maquinista sonreía
al
ver a los chicos,
que
lanzaban piropos de alegría.
Conocí
muchas avenidas
aquellas
que a la orilla del mar
se
decoraba con sombrillas,
enamorados
de siempre,
turistas
y marinos imponentes.
Recorrer la avenida principal
en
el café “La Parroquia”
los
amigos y mis abuelos
al
viento reían.
El
pasear en el tranvía
recuerdos
de globos de algodón,
“palomitas”
y gelatinas de sabores
de
“Don Glotón ”
Cuando
el tranvía cerca de casa estaba,
salía
corriendo a mi ventana,
saludando
a mi amigo maquinista
que
reía y tocaba la campana.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
Veracruz, México
Derechos Reservados
del poemario Musas Prohibidas
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