viernes, 10 de julio de 2015

COMO UN NIÑO ENGAÑADO







Parálisis, inmóvil, una y única desesperanza, un vacío, uno sólo.
El presente se torna hostil, el ambiente se enrarece y es
Difícil respirar.
Como un niño engañado
Cuya alma ya no creerá más.
Como un niño engañado
Que no comprende el mal.
El aire se torna espeso y dentro,
Muy dentro escucho el llanto de un niño.
Un niño que te quiere preguntar
Un niño que a Dios quiere cuestionar
Pero ni tú, ni él responderán
Como un niño engañado
Que no comprende el mal.

Miguel Salvador Rodríguez Azueta
Veracruz, México

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