Sobre mil cosas podrás hablarme
y te envidiaría…tal vez.
Acompañas en la soledad
tomando las perlas de la tristeza
donde la risa le dice a la voz
que es mejor callar.
Llevas al regazo más dulce
la vida de los primeros suspiros
de esperanza y libertad.
Eres quien da caricias, de padre
o madre, que al infante
en sus sueños velara.
Eres mariposa en cuentos
de bosque, y nido de aves,
que aprenderán a volar.
Eres bandera agitada
en una estación, o en la mar,
despidiendo al ser querido
que tras la lucha de vida, empezara.
Eres portador de alianzas
que se convierte en lazos de amor,
en un santo aposento
iglesias, jardines o mar.
Y aun después en tantos años
serás como la raíz que se aferra
a la tierra, y la vida misma.
Eres la guía de tus padres e hijos
en días victoriosos,
y aun cuando mis manos también
sea tu nido…partirás.
Ramón de Jesús Hernández Olivares
Derechos Reservados
País: México
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