sábado, 1 de abril de 2017

ROMANCE CADAVÉRICO



Se abrieron las lapidas
se llenaron de gusanos mis manos
el cielo exploto en sangre
las mesas de los barqueros tenían sesos
y la atmósfera era un pentagrama invertido
Tu silueta era una atmosfera lúgubre y mediterránea
Las bahías eran funestas
las clases sociales parecían fantasmas
era un glaciar de tornados esquizofrénicos
tu amor era una gladiola en cráneo
la saliva de los cuervos era una agonía perfumada
Mientras tu rostro perforaba las alamedas
En las mazmorras había un tesoro
las torres eran de huesos de vampiro
un libido y tenue tornado azoto la puerta
eras tú la fiel sirvienta de la demencia
una loca pasional, una mujer de fichas baratas
Que habría su nido al portador de los fantasmas
Se abrían las cavernas de mi boca
solo cantaba trece cruces muertas
los símbolos y los ecos marchitos eran sonámbulos
las islas de mis mejillas sonaban a podredumbre
como si algo se encendiera de mi voz
algo que se repartía por toda la languidez
No lo podía explicar el cielo era morado
y los campos palidecían entre penumbras
los soldados corrían para amortiguar la muerte
el aguacero de tu dulzura se columpio en mi mente
las telarañas explotaron sangrando el vacío
un trueno exprimió la tonelada de heroína
Había miles de agujas ensartadas en mi cerebro
mis pensamientos volaban entre el silencio
como un hálito de demencia surcando el cementerio
cabalgando entre esferas amapola y gatos culebra
había un grano de maíz rostizado en el infierno
que solo avisaba tu cruel enfermedad de mujer
Mi habitación parecía un demonio dibujado
que relataba cuentos de horror en su lengua
había cuadros de Remedios varo con sangre
y un poema de Baudelaire lleno de hojas secas
entre esos dos se escuchaba un fúnebre escándalo
gritos de un llanto amargo y maníacos depresivos
En mis sueños usaba camisas de fuerza
atrapado entre dinastías de remolinos de invierno
no tenía solución mi campaña de delirios
estaba armado de balas de plata para lobos
mi trabajo era el de maldecir a los pájaros
pero la belleza de tus ojos me abría las alas
Nací para ser un hijo de dios
pero un hermano de Caín
nací para suicidarme en las mañanas
con poesía y con una soga de pesada maraña
que me asfixiaba en cada momento de tiempo
las lechuzas se atropellaban para darme de comer
No había huéspedes en mi corazón
solo una hilarante sensación de dormir junto a ti
me desesperaba al no ver tu hermoso rostro
pero las ratas me mordían los pies
me excomulgaba de las dimensiones melancólicas
se hervía en mí una sensación de amor prosaico.
Estuve a punto de amarte, de darte mi amor
pero la demencia me hizo recordar la poesía
las ondulantes mitomanías de mi cerebro se desasociaron
y se columpio en mi cabeza una idea descabellada
un ritmo de vals, un canto de añiles pasados
que conmemoraba tu hermoso palpitar
Y me di cuenta que no me amabas
que eras un precipicio encantado
y los cuentos de verano serían largos
como esperanzas que nunca volverán
entre los arcanos que miraron tus ojos
y que de mi boca solo despedía un sabor amargo
No necesite soportar ni un minuto más
las calaveras me decían el destino
las runas presagiaban olvido o tal vez conflicto
así que la sensación de sentirme aliviado se esfumo
como las pupilas que brillaron intensamente
para verlas junto aquel cuerpo lleno de torrentes
Y hasta que se esfumo la luna
se inundó todo nuestro cuerpo de solución muerta
un gramo de morfina se escondió en nuestros costados
para ver que estábamos lucidos
el cuerpo solo soporto minutos antes de dormir
y tú ya no me buscaste, solo te asfixiaste, huiste, te desvaneciste.

Ángel de la noche.

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