miércoles, 16 de diciembre de 2015

CENIZAS DE AMOR





La mirada va a las paredes blancas,
clausura la esperanza.
Pone límites, suelo, desnudez,
ojos cerrados; como luceros clausurados.
Desolado violín sangra melodías.
Agua sencilla, paja,
espiga de un beso no segado.
Complaciente dama discreta, afable,
sencilla… palidece.
Júntense como orillas labios,
pueden besarse; ensartemos un eco.
La palabra se pronuncia,
mudas sombras amortiguan ligero ruido.
El silencio alarga lentas manos de sombra;
no empieza, no termina,
no duermo por verte.
¿Llegará mi voz apagada a tu nublada mirada?
Sentimientos no expresados nunca abordados.
El alba recoge mi ceniza dimitida,
lecho matutino ya listo.
La fatiga termina temerosa de la luz en la aurora,
sábana que estira al infinito.
El aire es tan delgado sobre mi cabeza,
suave oruga sobre tu cabello.
La noche carcome nuestra conciencia,
los ojos insomnes permanecen buscando qué expiar,
nada o todo nos sirve, siendo tú, aquello que no es;
para pactar con el mundo.


Isidoro A. Gómez Montenegro.
México

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