Vi
la alborada en mi puerta
indolente
peinaba palabras.
Navegué
al arrecife de corales e
hice
un mar con tu mirada,
te
delineé; zagal sonriente,
de
labios carnosos,
bellos
ojos de pestañas selvicas;
ruborizada…
en
seguida borré la imagen.
¡No
eras tú…!
esa
imagen lastimera del ayer.
Necesito
lo que viene tras tu mano.
Soy
abrigo…
en
mis brazos te confortas,
conmigo
forjas eternidades.
Hablamos
de sendas y apegos,
las
dudas te abandonan.
Nos
bañamos en sudores,
en
tropel, arrebato, risa,
gritos
y silencios.
Metáforas
hay en tus dedos
en
espera de ser verso… canto.
Tejí
un tapete azul de cielo
para
recibirte y hablar;
de
ambiciones y dudas.
Te
amé… sobre ese lecho
florecí…
me hice luna y
en
tus arenales puerto.
Mi
voz sueña en tu mano
eres
sorbo;
entre
veneros te proclamo.
¡Amo
del silencio!
quiero
darte palabras no pronunciadas,
caricias,
pensamientos viejos…
entregarte
mi recuerdo;
antes
que llegue el fantasma
del
olvido.
América
Guerrero González
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