Ramón de Jesus Hernández Olivares
Veracruz, México
Murmúrame
noche a noche
a
través de los tambores,
embrújame
con tu perfume
esparcido
al bailar tus sones.
¡Mírame!
Que
tus ojos aceituna
embriaguen
mi mirada,
déjame
ver tu poesía desenfrenada
cuando
tu silueta se postre
en
marañas de flores.
Tulipanes
carmesí envidiarían tus labios,
que
solo míos, puedo deleitar sus placeres,
de
alma joven.
Córdoba
ha perdido
el
caminar de tus encantos
de
esas noches cálidas y serenas,
de
embrujos perfumados y
hechizos
de pócimas de canela
para
los enamorados.
¡Átame!
Con tus collares,
de
aroma finos
sándalo
y vainilla,
café
o chocolate.
Mulata…
en
tus brazos héroes de mil batallas
esperan
su gloria,
para
caminar juntos
entre
jazmines y girasoles.
del poemario Musas Prohibidas